Cuando damos las cosas por hecho

Cuan equivocados estamos...

La mayor parte de las veces en nuestra vida damos las cosas por hecho, sencillamente porque hay algo que se ha convertido en norma, rutina, cotidianidad... llámalo como quieras. Damos por sentado que es lo normal, lo que DEBE ocurrir y si ello no acontece como esperamos nos asombramos, o nos enfadamos, depende del contexto y las circunstancias.

Damos demasiadas cosas por hecho...

Y en ese acto de concebir las cosas como normales, sencillamente porque siempre, o la mayor parte del tiempo ocurrieron, la mayor parte de las veces porque alguien, desde su propia generosidad ha decidido entregarse a esa "normalidad", no nos damos cuenta que con ello, muchas veces, cargamos de responsabilidades a otros, que sencillamente nos entregaron su tiempo y dedicación porque así decidieron hacerlo, no porque nadie o nada les obligara, sino porque así lo sentían hacer.

Y al final nos volvemos tiranos...

Solo cuando un giro inesperado del destino hace que cambie todo aquello que se había convertido en norma, somos capaces, por instantes fugaces, de darnos cuenta de lo que allí estaba ocurriendo. Algunos afortunados se dan cuenta, otros por el contrario se quedan aferrados a su propia decepción personal, proyectada sobre el otro.

Como podemos estar tan ciegos...




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