Sed como niños, sí ya ¿pero cómo?

Jesús el Cristo dijo que, a no ser que fuéramos como niños no entraríamos en el reino de los cielos. Difícil cuestión, sobre todo en una sociedad donde a los niños no se les permite ser niños y los adultos vagan cada vez con más frecuencia en una constante adultescencia...

Son muchas las veces que en distintos cursos, libros y artículos de desarrollo y crecimiento personal he oído esto: hay que ser como niños, descubre y sana tu niño interior...y acto seguido se me daba la perfecta descripción de un adultescente, que sin haber mirado con atención su propia madurez, se dedicaba a practicar la regresión "inocente" a su supuesta niñez. Curioso.

Hay una cuestión que tengo muy clara, nuestro renacimiento como niño parte de la propia madurez del estado adulto y no del fracaso de la consecución de esa madurez. Es decir, cuando te observas y miras tu entorno como adulto sano y responsable, capaz de gestionar tu vida con sensatez y equilibrio, es posible la visión y la mirada del niño hacia el mundo que te rodea. De otro modo lo que practicamos es la acción de huir, y de ocultar bajo un supuesto rebirding hacia la niñez, nuestra incapacidad o falta de ganas de madurar  y afrontar la vida con responsabilidad.

Vivirse como niños, no es deambular por la vida en un estado catatónico de enajenación mental permanente, sino observar con atención y cuidado todo aquello que te rodea y además emocionarte con ello. La emoción y el sentir profundo de la vida, tan propio de los niños sanos, también lo es de los adultos bien desarrollados.


Por tanto permitamos que los niños sean niños, y que los adultos se emocionen. La visión del niño es clara, profunda y consciente, si eres capaz de madurar y crecer de este modo, nunca perderás al niño que todos llevamos dentro.

Crecer, madurar y envejecerr es uno de los grandes regalos de la vida, PERMITELO...





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