Y llegamos a pensar que podíamos caminar solos...

Llevamos demasiado tiempo pensando que "solos" sin ayuda de nadie, podemos hacer cosas, grandes cosas, las mejores. Llevamos demasiado tiempo permitiendo que nos entreguen al individualismo, concretamente desde principios del siglo XX, lo que nos ha llevado a una especie de locura colectiva despiadada, los unos contra los otros.

Y no sólo contra el otro, sino también contra cada uno de nosotros mismo.

La Humanidad no puede sobrevivir sin que los seres humanos se miren los unos a los otros y se reconozcan. Sin embargo el mensaje que nos llega una y otra vez desde el exterior, desde la televisión, el cine, los diferentes medios de comunicación es que el individualismo nos llevará al Éxito. ¿Qué éxito, me pregunto?.

Hay un elemento básico y primordial, que ya nos enseñó Aristóteles, el ser humano es un animal social, y como tal necesita del otro, no sólo para sobrevivir, sino también para Existir, para Ser, para Re-conocerse, para Identificarse, para en definitiva, Vivir en Plenitud con el Todo y con Todos.

Tres son las características básicas del Ser Humano: el lenguaje, la sociabilidad y la asimetría. Todas ellas se retroalimentan a lo largo del proceso de socialización, desarrollo y evolución del ser humano, y se necesitan para poder seguir construyendo realidades, las realidades en las que nosotros nos encontramos inmersos en comunión con otros seres humanos.

A través de esta comunión y este reconocimiento, los seres humanos nos aventuramos en el descubrimiento de nuestra propia identidad, de nuestro propio ser, de nuestro propio camino, nos descubrimos por tanto a través del otro, ya que todo esto ocurre constantemente a través de la interacción que mantenemos con los diferentes grupos que nos acogen desde que nacemos: la familia, el colegio, los amigos, los compañeros de trabajo, nuestros vecinos...

Por lo tanto, en estos tiempos de oscuro individualismo sectario, escuchemos lo que anhela nuestra alma ¿de verdad que esta te dicta que vivas solo sin contar con nadie?. Una cosa es vivirse en soledad, muchas veces apreciada y necesitada para el propio proceso creativo y de conocimiento interior de uno mismo, y otra cosa es el individualismo, aquello que te lleva a apartarte del otro sin tan siquiera reconocerlo y tenerlo en cuenta.

Nuestra alma anhela otra cosa, la sociabilidad, la socialización, la comunicación, el identificarnos con el otro a través de nuestra propia diferencia y rasgos distintivos,. En definitiva, añora la riqueza de la propia Vida puesta en valor desde nuestra rica existencia dentro del Todo Universal al que pertenecemos.

Vive tu Vida compartida, mira a los ojos del otro e imprime tu mirada en su alma, al igual que él o ella lo hará en la tuya...


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